La Sublimación

"El grado y la naturaleza de la sexualidad de un hombre se manifiesta hasta en las cúspides más elevadas de su espíritu" 
Nietzsche.

En las artes existe un ingrediente que hace del sujeto una clara diferencia entre uno y otro, me refiero a la sublimación como un medio de creatividad en el sujeto. Pero no es cualquier sublimación, esta surge en la medida en que el infante se enfrenta con la castración, y esto significa que solo un puñado de sujetos han alcanzado un reconocimiento ante las artes, por mencionar algunos serían Picasso o Dalí, en el caso de la música, no quien sea logra esto, a lo largo de la historia se han presentado diversos sujetos que han hecho de la música algo sublime, pero no quien sea lo hace a tal grado que en verdad crea una gran cantidad de obras, esto sumado a la obsesión que esta le causa, por ejemplo Bach, su obsesión se podría comparar con el caso Hans de Freud, pero en este caso, decidió no sublimarse a tal grado como Bach, lo importante es que tal vez Bach también tuvo algún motivo para haber creado su basta obra musical, seguramente hubo algo de inhibición - síntoma - angustia, y es muy probable que a esto se deba su genialidad.


Sólo en algunos artistas se da esta singularidad de elevar aquello que no se puede expresar con palabras, como es el caso de Glenn Gould,  quien interpretaba a Bach de una manera muy peculiar... casi una lo/cura.








U otros como en el Ballet:




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LA SUBLIMACIÓN...

No hay duda de que las grandes obras artísticas del hombre han sido gracias a la sublimación, esta pulsión, que de una u otra forma, llegan a motivar a un sujeto para enviar esa carga libidinal hacia otro lugar, la palabra sublimación etimológicamente proviene del Latín sublimare, la posible o más cercana traducción sería elevar en alto. La sublimación no solamente es una pulsión cualquiera, ni tampoco cualquier sujeto puede hacer de ello una obra artística, en este caso, no quien sea podría ser Bach, Mozart, Schönberg, Stockhausen, Picasso, Dalí u otros, una posible respuesta sería la de la pre-historia de cada uno de ellos, es decir, de cómo cada uno intentó llenar ese vacío carente de significantes por sonidos musicales. Como sabemos, la cultura es quien de alguna manera forma o deforma al sujeto, en el malestar de la cultura, “en el sentido de que gracias a la sublimación se pueden manifestar en la evolución cultural las actividades psíquicas superiores (ciencia, arte, ideología), tendríamos que añadir que Freud a la par afirma que igualmente la represión posibilita la instauración de la cultura”[1], sin embargo, la música toma algunas manifestaciones no solo culturales, estas son también existen las somáticas y las  psíquicas, y la pregunta sería ¿existe algún placer en la interpretación de un músico o de un compositor? Posiblemente un intérprete podría experimentar como Freud lo menciona; más allá del principio de placer, como observamos en la mayoría de los ejecutantes musicales, estos emplean no solo su instrumento para lograr un goce superficial, es necesario comprometer el cuerpo mismo para que esta energía llegue a su meta, el cuerpo como instrumento es solo una parte para alcanzar la meta, se podría decir que el cuerpo sumado al Yo, solo serían una parte del sujeto, el resto sería lo inconsciente; pero esta relación entre lo psíquico y lo somático hay una diferencia “Entre el placer entendido como psíquico y el órgano entendido como somático hay una disyunción exclusiva: o uno o el otro, pero no ambos”[2], con esto podemos deducir que el goce sigue siendo de otra cosa distinta a la que el sujeto cree en su supuesta interpretación musical, tal vez la pregunta sería ¿qué quiere la música de mi, o más bien, que quiere el Otro de mi?
Si en Freud se entiende que la sublimación es un cambio de fin y objeto de la pulsión, o bien, reemplazar la meta sexual originaria por otro fin, que ya no es sexual pero se le halla psíquicamente emparentada, la denominación capacidad de sublimación[3], “un ejemplo clásico es la transformación de la curiosidad sexual infantil en deseo de saber, por la que el fin sexual de obtener placer de ver el cuerpo femenino, se transforma en el deseo de estudiar la anatomía del cuerpo, y el objeto sexual despierta el deseo de saber, se transforma en cuerpo a tomar como objeto de estudio”[4], con  este ejemplo, podemos encontrar que es posible que un sujeto cambie su fin sexual por un objeto, en este caso un objeto que deberá ser uno material, con el que pueda arreglársela para eliminar la angustia, este objeto podría ser cualquier cosa, por ejemplo un sonido que en la infancia pudo quedarse insertada como una huella o una herida, este sonido podría ser de alguna manera, algo que angustia, pero para evitarlo, el sujeto tiene que hacer algo con ello, y eso es tratar de no sentir el displacer, tratar de cambiarlo por algo más placentero, cambiar el ruido por algo más melódico, el caso es cambiar a toda costa lo que incomoda más no se trata de una represión, Freud señala que la sublimación es un destino pulsional diferente a la represión, idea que Lacan coincide “La sublimación es la satisfacción de una pulsión, y no pasa por la represión”,[5] y es Lacan quien dice que el asunto de la sublimación no es nada fácil aproximarse a su complejidad, pese a esto, Lacan lo ve como “el proceso que eleva un objeto [] a la dignidad de la Cosa”[6],  o bien, lo que Lacan menciona sobre la Cosa: “aquello que, de lo real primordial, padece de significante” tanto las explicaciones de Freud como Lacan, son necesarias para tratar de visualizar la problemática de la sublimación con respecto al artista, es sobre todo, de cómo un sujeto puede pensar, crear, sentir e imaginar la música.

Un ejemplo que nos proporciona Lacan y que me parece acertado para esta problemática, es la de la vasija, es a través del alfarero quien es el que moldea y crea la forma y modelo de la vasija, pero esta vasija se constituye bajo los significantes que él mismo hombre ha modelado, como se dice en la Biblia a imagen y semejanza, la relación entre el hombre y el significante puede ser manipulado de una forma muy variada, por esto no solo existe un solo modelo de vasija, hay una gran variedad de modelos y estilos, en la música sucede esto mismo, no existe una sola música ni tampoco una sola interpretación, siempre habrá ese vacío quien represente ‘ese significante’, si en la vasija podrían ser el agua, aceite, mercurio, arena, plastilina o todo aquello que se pueda uno imaginar; lo mismo sucede con el instrumento musical, el hombre es quien la va a poner aquellos significantes que él considera como el llenado a ese vacío, o a lo que Lacan llamó la Cosa, lo interesante de esto es como el hombre intenta modelar un significante para crear música y de cómo un objeto puede ser manipulado a tal grado que el intérprete se eleva en lo más alto de sí  para mostrar/se (como en los virtuosos), es ese elevar donde se encuentra lo sublime, aquello que debe ser mostrado como algo que se moldea a tal grado que ese vacío llega a llenarse,  “Todas las búsquedas humanas, la orientación misma del sujeto hacia un objeto, están fundadas en ese vacío. El estremecimiento de su abismo es condición para que algo nuevo pueda surgir: la sublimación talla ese vacío como un agujero infinitamente reproducido, trayendo al mundo sus criaturas” [7]. La música podría operar también desde una perspectiva de un vacío, como sucede en oras literarias, es decir, al inventar uno o varios personajes es necesario recurrir a una voz diferente, esta voz e la que da vida al personaje haciéndolo único y diferente a los demás, pero… esta voz nace a partir de un deseo otro, algo que quiere imponer una acción frente a un acontecimiento, recuperar algo de esa ficción, como Puig lo menciona “cuando estoy escribiendo tengo que creer en la voz que me está contando la historia. Esa voz debe ser la de un ser vivo autónomo, que no dependa de mi fantasía ni de mi capricho”[8], un compositor por ejemplo, podría bien encajar con esto, se necesita de otro para poder crear una música que no solo represente a un personaje, bien pueden surgir fantasías e incluso construir una obra musical dese un delirio, es necesario escribir música desde otro lado, un lugar diferente al normal, por esta razón, solo muy pocos pueden sublimar esta energía pulsional para lograr una obra con un carácter artístico, es desde ese lugar vacío donde el arte encuentra llenar un poco el espacio en blanco, como en la escritura de la música, de la imagen vacía -carente de ser materializado- pasa a ser convertida en signos y símbolos para posteriormente en una partitura, y así pasa con la pintura la escultura y otras artes, por esto, Lacan en afirma que "Todo arte se caracteriza por un cierto modo de organización alrededor de un vacío"[9]. Así como el ejemplo de la vasija de Lacan, podemos verlo también  de otro modo, si tuviéramos un recipiente con agua y a esta la hirviéramos, el resultado es la evaporación, en ello, existe un vaciamiento al momento de la ebullición, imaginemos que un pensamiento se eleva hacia los aires y que este se convierta en una imagen que se convierte en un significado para el sujeto, este residuo podría ser el resultado de obras literarias, poéticas, estéticas, pictóricas o musicales, lo sublime es aquello que se convierte de algo del orden material en algo del orden sublime, es como renunciar a lo material para crear un espacio mítico para poder explicarlo. El psiquismo con relación al la sublimación, podría funcionar como un vaso con agua que se pone al sol, lentamente se va evaporando, un efecto que la química menciona como transformación de un estado líquido a gaseoso, el secreto puede estar en la lentitud de su proceso, como lo vemos en la mayoría de las obras artísticas, donde lo sexual toma un papel no solo fundamental, sino que también toma otro lugar en la historia del sujeto, si la función de la sublimación es un cambio de objeto, podemos encontrarlo en el ejemplo del agua, se hierve para convertirse en otra cosa, es decir la pulsión consigue llegar a un fin, “En psicoanálisis, es la transformación del fin de la pulsión originalmente sexual, en fin no sexual, que permite su derivación hacia objetos culturales socialmente valorados”[10]. La sublimación es utilizada en la medida en que cada sujeto quiere elevar esa visión, la imagen es leída y convertida según cada artista lo desee, si es de mayor o menor intensidad, podemos mencionar una de las tantas formas en que se sublima, por ejemplo el pianista Glenn Gould cuando interpreta a Bach, al verlo y escucharlo, realmente parece estar desconectado con su entorno, su encuentro con un orto parece el fin que él parece encontrar, un encuentro con la Cosa como algo que él mismo vive en cuerpo y alma como se dice popularmente, pero si ponemos más atención, podemos observar que no solo es tocar bien el piano, hay una voz que intenta decir algo más, como cuando canta al mismo tiempo al unísono con el piano, lo que nos hace pensar: ¿qué intenta decir o que se oculta en esto?, pienso que como este, hay muchos casos, cada sujeto intenta decir algo que represente la Cosa como algo que carece de significantes. En otros casos, la sublimación puede ser transformada en palabras y letras de canciones, como en la metáfora que utiliza Schönberg en su obra Un sobreviviente de Varsovia, utiliza hasta tres idiomas para su realización, ingles alemán y hebreo, la voz del sobreviviente como testigo, el alemán como la del asesino y la judía en oraciones antes de ser enviados a la cámara de gas, en este caso, la Cosa se intenta escabullir no solo en una lengua, sino que lo hace a través de tres lenguajes diferentes más la suma de la música, la duda es ¿en realidad que nos quiere decir Schönberg,… su falta?.
Otro ejemplo podría ser el de Frédéric Chopin, sus composiciones son vistas por la mayoría como un compositor cuya finalidad fue la de hacer sentir cierta dosis de furor y melancolía en los que la escuchaban, un buen ejemplo de esto lo podemos encontrar en la película sonata de otoño, encontramos aquí la subjetividad de una intérprete hacia el camino de una verdad o de un saber que encierra una sola pieza musical, “Chopin era emocional pero jamás empalagoso, hay una gran diferencia entre sentimiento y sentimentalismo,… el preludio….sugiere  una especie de dolor reprimido, no un ensimismamiento, debes mostrarte dura, plana sin nervios, y así surgen las primeras notas; duele pero no lo parece, al fin un fugaz alivio, pero desaparece casi en el acto, y el dolor es el mismo, ni crece ni se apacigua, instante en que la entrega es total, Chopin es orgulloso, sarcástico, atormentado y muy masculino, nunca una cursi y vieja sensibleja, este segundo preludio debe sonarnos casi al limite del dolor… escucha.”[11], con esta discurso de la intérprete, nos remite a preguntar, ¿en cada pieza escrita por un compositor, es esta la función psíquica que implica parara poder realizar una obra musical, o solo es para su interpretación?, tal vez solo es la visión de la interprete por sublimar aquello que ella entiende por la pieza musical, esto sumado a lo poco o mucho del supuesto saber acerca del compositor, pero me parece que esto es solo una forma en que un sujeto, intenta alcanzar aquella agua evaporada, aquello que sube y se eleva a una distancia que en lo general es enigmática.
Lo interesante de esto es que la música ha sido un medio en el cual el hombre tiene una necesidad de transformarla en algo que les es propio a elevarlo y encontrar algún destino, pero finalmente, estos destinos en una obra musical, dependerán de la subjetividad de cada individuo, es decir, si Bach a lo largo de sus obras las dedicó al deseo del Otro, es decir dedicadas a Dios, podemos ver que un sujeto puede interpretarlas desde otra postura, como lo intelectual, lo matemático, lo técnico etc., es aquí donde reside esa diferencia, Bach trato de elevar sus oba a un lugar diferente que el de los demás, todo lo que se diga acerca de ello, carecería de una verdad absoluta, solo Bach podría decirnos hacia donde quería elevar su arte.

Hay algo que tiene que ver con la sublimación y llevarla a cavo, este el es deseo, sin deseo no abría lugar para la creación de cualquier obra artística, es el sujeto quien hace de su deseo algo que lo satisface, algo del orden del deseo del otro que se representa en gran medida al intentar expresar un plus que no posee de manera natural como en la naturaleza o como algo imaginario, pienso que más bien el hombre intenta de alguna manera imitarla, ser como lo otro, algo que se escapa y que no puede ser completado, en las ceremonias prehispánicas por ejemplo, se utilizaban los caracoles para producir un sonido parecido a la trompeta, cabría preguntarse ¿ a quien se le era dirigido el sonido, en qué se pensaba cuando se producía ese sonido?, más allá de las creencias rituales o religiosas, este sonido se producía para lograr un plus en la escucha, posiblemente este plus era el efecto que en los escuchantes se producía, un plus donde lo imaginario adquiere un lugar diferente, el intérprete de la caracola, intentaba producir tal sonido que estremeciera a los demás, pero es el mismo tañedor del caracol quien deposita todo por el todo al soplar y producir un sonido que a él mismo le produzca un elevarse ante los demás. Este impulso que lleva al hombre a crear de tal manera, que solo pertenece a cierto número de individuos, cuyo deseo es lograr una  solo objetivo: elevarse para alcanzar la satisfacción.

Pero si les preguntáramos a cada sujeto con respecto al arte, darían respuestas muy diversas acerca de ello, hablarían sin duda de lo bello, lo estético o lo sublime, o todo lo contrario, la fealdad, “El quinteto, probablemente la pieza más difícil de oír de todo lo que ha escrito Schönberg, significa en su crudeza la máxima sublimación hacia una dimensión propia del músico: es una declaración de guerra”[12], pero también podríamos no solo ponerle la atención a la escucha, sino la función erótica-erotizante en la ejecución musical, la música intenta suplir del algún modo la pérdida del objeto, como lo vemos en los grandes virtuosos de la música , sea la que sea y con cualquier instrumento. En la mayoría de las ocasiones, ver al artista en un video nos acerca un poco a cómo podría ser una experiencia sonora, pero, “…nada puede sustituir a la experiencia de escuchar música. Se podrá reflexionar sobre ello, si se quiere; escribir sobre música y sus variaciones; dictar conferencias y atenderlas, leer sesudas notas al respecto, etc., pero nada, absolutamente nada suple la inigualable experiencia de escuchar sonidos intencionados”[13], es decir, ver y escuchar al músico en vivo, es algo muy diferente, le cuerpo se funde con el instrumento para así elevar eso que el interprete intenta representar en un entorno casi teatral. Vale la pena pensar en lo que representa lo sublime par cada artista, tomando el ejemplo de Nasio de los bailarín de ballet, Bortoluzzi y Fracci, podemos ver que más allá de lo sublime se encuentra un goce, el bailarín deposita el goce en el pie, pero un pie que concentra toda la tensión del cuerpo en el equilibrio, sumado a los años de disciplina que trabajó para lograrlo, pero es un pie que ha tenido cierta pérdida, perder a través del esfuerzo por alcanzar esa meta, “En nuestro ejemplo, la pérdida no se sitúa en el nivel primario de la relación bebé-madre, sino en un orden relativo a la sublimación y al arte… el corte significante está representado no por la demanda, sino por disciplina del cuerpo del bailarín, por la flexibilidad extrema, por las mil y una manera en que ese cuerpo se debió esforzar a fin de capturar el punto y armonioso en que su pie roza el suelo con su arte”[14], con este ejemplo, ahora podemos situar al músico y preguntarnos, ¿dónde se encuentra el goce, en que parte del cuerpo, como logra sublimarse para lograrlo?, las respuestas podrían ser muchas dependiendo desde que lugar es su lectura, sin embargo, para ser un música completo, según Fludd[15], se debe tener tres ingredientes; ser cantante, interpretar un instrumento y componer música, pero según esto, podríamos ubicar tres tipos de goce, ya que en nuestro mundo contemporáneo solo el goce es una fracción de ello, o eres cantante o instrumentista o compositor, cabe preguntarse, ¿donde quedo el resto? Pareciera que la misma música y la misma cultura castra al artista despojándolo de otro saber, este el de la sublimación, posiblemente los artistas consagrados solo se dejan llevar por la pulsión artística, pero esta tiene los tres ingredientes mencionados, son pocos músicos que confían en su deseo, llevándolo a tal punto que logran su meta, pero esto no se lograría sin un transformar y elevar la energía de las fuerzas sexuales para así convertirlas en algo del orden creativo. Recordemos a Freud cuando menciona que la sublimación es la “posibilidad de cambiar el fin sexual (…) por otro, ya no sexual”[16],  lo que nos remite a pensar que la sublimación es la capacidad plástica de la pulsión de cambiar de objeto y de encontrar nuevas satisfacciones, o bien la sublimación que se origina en una fuente sexual y culmina en una obra no sexual, se convierte en una obra de arte.
Pero, ¿cual es el origen de la sublimación del artista? A modo de finalizar; La sublimación es una defensa contra el recuerdo sexual intolerable, “…una función de defensa que atenúa o transforma el carácter insoportable de los recuerdos sexuales que el sujeto quiere ignorar. La sublimación operó el desplazamiento de una representación psíquica inconsciente ligada al deseo incestuoso, hacia otra representación psíquica aceptable para la conciencia, aunque portadora de síntomas y generadora de sufrimiento”[17].



[1] Rodríguez Ponte E. Ricardo. Apuntes para una teoría freudiana de la sublimación. Contexto en psicoanálisis. Lazos 2004 p. 20.
[2] Rodríguez p.29.
[3] Freud, Sigmund. La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna. Obras completas, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo IV p.1252.
[4] Couso Osvaldo M. Una transformación que nada pide. Contexto en psicoanálisis. Lazos 2004 p. 79.
[5] Lacan Jaques. El seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós 1987 p.173.
[6] Ibíd., p. 146.
[7] Couso Osvaldo, p. 81.
[8] Giordano Alberto. La experiencia narrativa. B: Viterbo. 1982 p.94.
[9] Lacan Jacques. Seminario 7 La ética del psicoanálisis, Paidós.
[10] Assoun P.L. El vocabulario de Freud. Nueva visión 2003 p. 71.
[11] Bergman Ingmar. Sonata de otoño (Película) Capítulo 9, 1978.
[12] Adorno Theodor. Prismas, Ariel. España. 1962 p. 182.
[13] Me cayó el veinte. ¿A quién se le ocurrió esta cancioncita?. Revista de psicoanálisis Nº 7,  Mex. 2003.
[14] Nasio J.D. El placer de leer a Lacan. Gedisa 2007 p.49
[15] Fludd, Robert. Escritos sobre la música, Editora Nacional España, 1979
[16] Freud Sigmund. La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna. Biblioteca Nueva, tomo III, 1973.
[17] Nasio J. D. Enseñanza de 7 conceptos cruciales en psicoanálisis. Gedisa, 1998 p.107.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

que lástima que una entrada tan interesante no pueda leerse por un mal diseño

Anónimo dijo...

Me gusto mucho el texto, pero es un horror el fondo que tiene el blog, no puede leerse, la lectura se vuelve sufrida, carece de legibilidad. Intenta modificar tu fondo. Es interesante tu blog.

Gerar dijo...

Gracias por sus comentarios, en breve trabajaré en ello.
Saludos cordiales =)

Anónimo dijo...

Excelente, es un análisis muy completo. Sólo te invitaría a revisar la ortografía (son muy pocas las faltas en realidad).

vinil textil dijo...

Excelente información la que me has brindado, la verdad es que esto es arte aunque muchos solo busquen comercializarla.